Soy un animal grande y pesado que ha caído. Me arrastro por los suelos buscando un olor familiar. No hay. Tu historia está escrita en mi cuerpo, tu historia, la de él, la de todos, varios, muchos. Tantas historias que juntas hacen el dolor más grande. El dolor que llevo, una herida que se abre unas veces en mi pecho, otras veces en mi cabeza, unas cuantas en las plantas de los pies (de tanto andar y no encontrar), unas pocas en las palmas de las manos (de tanto toparme con las espinas). Tengo una sed enorme que no puedo saciar. No es una sed común. Es una sed por algo que no existe, que no ha sido inventado aún. Deseo tanto encontrarlo, pero ya el cansancio me ha terminado de cansar.

Soy un animal grande y pesado que ha caído. ¿Cuándo me convertí en este animal? ¿Cuándo comencé a sufrir por ti, por él, por todos, varios, muchos? ¿Cuándo decidí dejarme ir? ¿Cuándo? A veces caigo tanto que ya no me puedo levantar. Ya no me puedo levantar. Ya no.