#ElPerúQueQueremos

Novio-free

Publicado: 2009-11-22

No tengo novio.

Nunca lo tuve.

En parte eso me hace sentir envidia de la gente que dice haberse enamorado, como en "prefiero haber amado y perdido que no haber amado nunca", y me revienta cuando se ponen todos romanticones y me comienzan ha hablar de las cosas que hacían con su pareja, porque yo nunca he tenido eso que se llama pareja, novio, enamorado y sus historias me causan angustia y depresión, ahora más que antes, porque el tiempo sigue corriendo y a veces pareciera que todos los relojes del mundo hacen "tic, tac, tic, tac" fuerte en mi cabeza, el tiempo se acaba, vas a acabar solterona y viviendo con 15 gatos.

He salido con varios chicos. He tenido agarres maleados. Unos no tan maleados. Pero eso de estar con alguien, enamorarse, conocerse, todo el rollo... Pues no. Tampoco he tenido sexo. No porque no lo haya intentado -porque lo hice, varias veces- pero nunca se dio. Siempre sucede algo (casi como en la pela Virgen a los 40) y nunca puedo consumar el acto, me quedo con las ganas y termino maldiciendo mi suerte de mierda. Al final pienso que ha sido mejor así. Supongo que es la forma que tiene el universo de decirme que el sexo por primera vez se tiene que hacer con alguien a quien le importes, no un huevón que conociste en una fiesta y que apenas se acuerda de tu nombre.

Esto nadie lo sabe porque me da mucha vergüenza que piensen que soy una enajenada que no puede atraer a nadie, o peor, que piensen que soy lesbiana. Y si saben que sigo virgen van a pensar que el sexo me da miedo, o que soy una traumada.

Ninguna de las anteriores. La verdad es que tuve oportunidades de tener un novio estable pero siempre las deseché. Me cagué en la suerte. Confié demasiado en mi cierto éxito con los hombres, en mi capacidad para seducirlos y calentarlos a mi regalada gana.  

A veces no me arrepiento de no haber tenido novio. Si hubiese comenzado una relación con aquellos que me la ofrecieron, no hubiera sido feliz y ellos tampoco. Los hubiera hecho sufrir hasta las lágrimas. Me hubieran odiado más aún, más de lo que me odian cuando les dejo de contestar el celular o los bloqueo en el msn.  

Pero ya nada puedo hacer. No puedo regresar al pasado y estar con ese chico que conocí en un taller de teatro y que deseché porque se reía muy fuerte; o el que era amigo de una amiga pero que dejé de ver porque tenía las manos muy chicas. No puedo y no voy ha hacerlo. No voy a renegar del pasado.


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Jódanse todos

tengo una predisposición genética para llevar la contra