Esto soy
Me enojo fácil, dicen.
Pero no es que me enoje, lo que pasa es que soy una persona intensa. Una mujer complicada, como las que protagonizan las películas de Pedro Almodóvar. Mujer al borde de un ataque de nervios. Esa soy yo. La loca que grita cuando le traen un plato en el restaurante con un pelo del cocinero adornando el arroz. La que putea a la cajera porque me hace esperar diez minutos porque el pan de molde genérico no tiene precio. La que se burla de la gente que hace comentarios estúpidos de cosas que no conoce y actúa como si las conociera bien. La que no tiene paciencia con las personas que se demoran mucho en hacer algo, o que no pueden hablar y manejar al mismo tiempo.
Pero yo no era así. Hubo un tiempo en que yo era paciente y sensible con los demás. En que la estupidez de las personas me daba cólera, pero esa cólera la guardaba en una cajita negra al fondo de mi cabeza y sonreía como si me hiciera gracia las tonterías que las personas hacen. Yo era una persona con la que se podía convivir y que no le reclamaba nada a nadie. Una chica a la que le gustaban los niños y los perritos pequeños. Una de esas chicas que se emocionaba con las comedias románticas y llenaba su Ipod de canciones de amores imposibles. Que veía Dawson's Creek y Felicity. Yo era de ésas chicas que les puedes presentar a tu familia y con las que te metes para comprometerte y casarte. Yo era esa chica.
Pero ya no lo soy más.
Me harté. El mundo me hartó. Un día simplemente el vaso rebalsó. La última gota cayó y yo tiré todo a la basura. No sé si me di cuenta que no tenía sentido seguir las reglas del mundo, porque al final son esas mismas reglas las que te cagan la vida. O será que me han cagado tantas veces que ya no entiendo de hipocresías, que ya me cansé de mantener una sonrisa congelada nada más porque la sociedad dicta que una "dama" o una "señora de bien" no debe gritar como una histérica cuando le hacen una perrada.
Qué se yo...
La cosa es que no soy la misma. Ya no aguanto huevadas. No se si eso me hace una mejor persona o una peor persona. Tampoco es que camine por las calles buscando a quien pegarle. Tengo un lado amable todavía, igual de intenso, que si sabes manejar vas a poder disfrutar, pero no sé, será que me encuentro con cada imbécil que desata mi lado terrible, mi lado siniestro, ese donde tengo ganas de arrancarle la cabeza al idiota limpiador de mierda que me dice que no he estacionado bien mi carro y que tengo que retroceder (y todavía tiene la concha de decirme cómo debo manejar mi propio auto).
Ya lo dije. Soy una mujer intensa. Soy una mujer complicada.
Tratame bien y estaré de tu lado, seré leal, seré confiable, seré lo que sea que quieras, lo que sea que te guste.
Tratame mal y enfrenarás mi Ira.