Yo siempre fui en movilidad al colegio, salvo los últimos años en que mis papás hacian el esfuerzo de irme a recoger, y creo que tuvo algo que ver con que las movilidades cobraban mucho y jamás hubieran pensando en que yo me fuera en micro al colegio. Pero bueno, recuerdo bien una de las primeras movilidades que tuve. Los "servicios" de movilidad en mi colegio siempre eran asumidos por dos tipos de personas: Las madres/amas de casa que tenían mucho tiempo libre en sus manos (y ya saben, entre el pedicure y pasar la tarde en el club no tenían mucho que hacer, así que ese era su hobby); y los profesores que querían sacar alguito más para completar su mes. Yo nunca supe cuánto les pagaban, pero supongo que sería una buena cantidad por cada chibolo. Mi movilidad fue variando con el pasar de los años. A veces era una mamá, otras veces una profesora, otras veces un profesor. Dependía mucho de las rutas que había que tomar y sin fin de tonterías que no viene al caso mencionar. En una de mis primeras movilidades, una de las más MONSES que tuve a lo largo de los años en el colegio, tuve que compartir auto con un par de niños de primaria (yo ya cursaba sexto de primaria, tendría unos diez años) bastante tranquilos para su edad, una niña de mi grado que nunca hablaba, una chica mas grande que ya estaba en quinto de secundaria que me caía bastante bien, y dos hermanos, el menor un gordo bastante odioso, y el mayor un gordo mas odioso aún. Recuerdo bien que el mayor de los hermanos gordos también estaba por culminar el colegio. En realidad no estoy segura de eso, pero se le notaba mayor y terminado el año escolar nunca lo volví a ver de nuevo en la movilidad. Yo era bien tímida de chica y casi nunca interrumpía para decir alguna cosa. De hecho, no había gente de mi edad con la que pudiera entablar mas amistad en ese carro, y los mayores siempre me verían como una niñita y no me tomaban en cuenta. Un día de esos en los que llueve mucho, hablábamos lógicamente de lo mucho que cambiaba el clima, y decidi que en ese instante iba ha hacer mi incursión en la plática. Y dije: "Si pues, así es el clima... impredecible". Y la conversación hubiera quedado ahí, porque yo tenía diez años y los demás sonrieron, incluidos los niños de primaria habían asentido con la cabeza, de no ser por ese gordo imbécil, de no ser por ese gordo pelotudo... "Mmmm... bueno, técnicamente hablando, el clima no es algo impredecible -e hizo énfasis en impredecible- en realidad llueve por una razón" Perdón Señor Meteorólogo, ¿y cuál sería su opinión sobre el puto clima, entonces, digo, técnicamente hablando? Como tenía diez años y era tímida, me quedé calladita mientras el seguía hablando huevadas que no recuerdo y que en ese momento eran completamente irrelevantes, porque yo tenía diez años y muy poco me importaban sus cojudeces técnicas.