Cosas que odio de mi empleada
Si, si, yo sé que es una señora muy responsable, que siempre llega a la hora y hace su trabajo, pero es imposible que yo deje de ser una maldita neurótica. Y es terapeutico descargarme aqui en el blog en vez de con ella. 1. Que entre a mi cuarto sin preguntar.Bastante tengo con que mi papá entre a mi cuarto sin preguntar, y encima de eso, revise en mis cajones buscando que se yo, drogas, condones o pastillas anticonceptivas. Encima tengo que aguantar que la señora de limpieza justo se le ocurra arreglar mi cama cuando estoy echada viendo algun reality idiota como THE HILLS, y para colmo, comience a arreglar ignorándome, como si yo fuera parte de la decoración o un mueble más. 2. Que justo lave los platos cuando estoy almorzando. Me llama y me dice que ya está el almuerzo. Genial. Me muero de hambre. Subo y la encuentro en el lavadero, supuestamente terminando de lavar algunos platos. Mientras me sirvo la comida de las ollas, pienso que sería genial que ella también se fuera a almorzar. Se lo sugiero "Gabriela, almuerza tu también". Pero no, me responde "Prefiero terminar de lavar acá". Ok, todo bien. Si no fuera porque justo tenía que lavar un par de ollas enormes y hace un ruido infernal, entre que las choca con el lavadero y el agua que cae. Yo tratando de ver la televisión. Ella aprovecha también para ponerse a barrer. Pasa delante del televisor y le da una limpiadita con un trapo que lleva en el bolsillo. Está bien que sea dedicada, pero que se dedique en otro momento del día. 3. Que no conteste el timbre. Ya se que dentro de los términos de su contrato, y dentro de las cosas que mi mamá le dijo que tiene qu hacer, no estaba contestar el timbre, pero pucha... ¿no es obvio que tiene que hacerlo? Ni el timbre de la puerta, ni el timbre del teléfono. Para ella, no existen. No los contesta ni aunque esté sola en la casa. Llamarla en caso de emergencia es absurdo. 4. Que lave la ropa que a ella le conviene. Ella ha decidido que el día de lavar ropa es el jueves. Bien. Pero parece que solo lava la ropa que le conviene. El resto de ropa, que según su criterio idiota no tiene por qué lavar, la apila en un canastón azul que convenientemente se olvida de revisar. He encontrado polos oliendo a guardado que pensaba que ya había perdido (que alguna otra empleada me había robado), pantalones que usé para salir y que siguen oliendo a cigarro. 5. Que siempre cocine lo mismo.Ella viene tres veces a la semana. Esas tres veces, mi mamá siempre le pregunta que puede cocinar. Como siempre hay pollo, su única respuesta lógica después de tres o cuatro minutos de meditación es ESTOFADO. Todos los putos días, ESTOFADO. Tres veces a la semana, ESTOFADO. Un día se le ocurrió variar. Dijo que iba a hacer GUISO. Pero lo que yo no sabía es que el GUISO y el ESTOFADO solo se diferencian porque a uno le pone alverjitas y al otro pasas. Por lo demás, hace su chamba y cobra lo justo.