Cosas que dan rabia
P se quedó en su casa sola por dos semanas. Sus papás se han ido de viaje a no se que lugar. Se han olvidado que P está pasando una semana de mierda, o no les importa un carajo.Creen que una relación de tres años no significa nada. Que a P le va a llegar que Susodicho se vaya a casar con la zorrita con que la engañó. Que P lo va a superar o se va a traumatizar y para ellos eso da exactamente lo mismo. Su madre, quien debería ayudarla mas que nadie, vive su vida como si nada le hubiera pasado.P se ha quedado sola. Y encima tiene el trabajo de cuidar a su hermano de 6 años. Carajo, ¿la vida no es injusta? Ni siquiera tiene la libertad de salir y hacer algo que la distraiga. Tiene que cuidar al mocoso imberbe y antipático que tiene como hermano. Y sus papás, en alguna isla del caribe. Hijos de puta.(...)Carolina no sale mucho. Su mamá le ha recortado el presupuesto. Una salida por semana es lo máximo que va a tener. Eso no la preocuparía, la haría muy feliz. Pero por algun razón, Carolina nunca está contenta con lo que tiene. Encima de todo, se ha empeñado en usar ese comodín juerguero para encontrarse con un pata que ya debería de haber sepultado hace años. Un lado de Carolina está convencida que no siente nada por él, que si tuviera otra opción, otra persona que le gustara también, no seguiría en esas empresas absurdas. Otro lado de ella piensa que tal vez a la tercera va a vencida, que ahora si todas las probabilidades apuntan al mejor de los panoramas.Hay dos Carolinas: una vencida que ya no quiere seguir en el mismo camino; otra que sigue jalando hacia el mismo lugar. ¿Que se necesita para dejar un vicio? ¿Solo fuerza de voluntad? ¿O es que hay personas que son mas débiles que otras y por lo tanto, mas propensas a irse al diablo?Por estraño que parezca, se alegró el día en que su amigo J le dijo que unos amigos suyos iban a unirse a la comparsa que va al concierto de Oasis. ¿Habrá alguien interesante en ese grupo? ¿Cuanto mas tendrá que esperar?(...)Hace un par de semanas acompañé a mi mamá a dejar curriculums por varias empresas que habían solicitado su ayuda en varios proyectos. La primera semana fue una espera dolorosa por saber si nos llamarían o no para participar. No es que nos vayamos a morir de hambre pero el dinero extra siempre es bienvenido y nos va a dar mas libertad para invertir en algunas cosas que es necesario cambiar en la casa. Mamá no deja de preocuparse. Al principio, saber de estas ofertas de trabajo le trajo mucha esperanza. Pero con el pasar de los días se fue desanimando. Esto me llena de rabia, tristeza y desánimo. Para la segunda semana nos cansamos de esperar. Mamá llamó a preguntar y al parecer siguen en la etapa de toma de decisiones. Carajo, esperar por una chamba es más estresante que hacerla en sí. Solo nos queda una larga y dolorosa espera.