De cuando en cuando puedo ser una persona simpática. Cuando me olvido de mi engreimiento, y no pongo cara de culo, creo llegar a ser esa persona que siempre quise proyectar: segura, gentil, amable, pero sobretodo graciosa, llevadera, simpática. Alguien con quien la gente quiera estar. Alguien que se sienta bien en su propia piel y por ende, transmita eso a los demás. Pero muchas veces me gana un sentimiento de derrota insoportable. Como si una mano bajara del cielo y quisiera aplastarme. Siento la angustia de algo, que no se bien que és y me dan ganas de llorar. Ojalá supiera por qué lloro. A veces pienso que siento esas cosas por alguien más que no las sabe expresar bien y de alguna manera soy una especie de psiquica de los sentimientos. Otras veces, sé bien por donde anda mi ansiedad. Se bien quiénes o que cosas me provocan el llanto repentino. Lo malo de sentirse mal no es no saber por qué uno se siente mal, sino que a pesar de saberlo, igual no poder hacer nada al respecto. PD1: Para lo hombres que les interese: muchas veces las mujeres lloramos por tonterías en realidad. Podría decirse que es una "cosa de mujeres". Que se yo, aguantenos, somos así, sensibles. Un abrazo no estaría mal en esos momentos. PD2: Alguien me dijo ayer, levantando las cejas en un tonito cadelejón, que lo único que me faltaba para dejar de sufrir tanto era un poco de sexo. Interesante.