Un zapato solo no es nada. Tiene que haber un par que lo complemente. Por lo mismo que tenemos dos pies, dos piernas, dos manos, dos brazos, dos pulmones, dos riñones, e inclusive dos fosas nasales. Si perdemos uno de esos elementos, no nos morimos: seguimos viviendo, pero no de la misma manera. Cuando tenemos un catarro, y una de las fosas nasales se tapa, podemos respirar por la otra, pero nunca vamos a sentir lo mismo que si tuvieramos las dos abiertas. Siguiendo con esa lógica, el ser humano tiene dos pares de muchas cosas, pero si uno de ellos se enferma y tiene que ser extirpado, el otro seguirá funcionando... hasta cierto punto. Una pierna puede ser extirpada y el cuerpo puede adaptarse a eso: pero tarde o temprano va a sentir de nuevo la necesidad de tener ahi una pierna que le sirva de muleta, una pierna que no va a ser la misma que tenía antes, pero que le va a permitir movilizarse mejor. La cosa es mas seria si hablamos del cerebro, que de igual manera está compuesto por dos hemisferios: izquierdo y derecho. Cada lado tiene funciones distintas pero complementarias: es decir, no son la misma cosa, los dos hacen actividades distintas pero al final de día, el derecho no puede vivir sin el izquierdo. No podemos extirpar el izquierdo y esperar que el derecho se encargue. Ambos tiene que estar bien o el ser humano no funciona. El ojo del ser humano por ejemplo: a simple vista uno pensaría que un ojo es igual al otro. Pero ya se sabe que uno es mas pequeño que el otro. De todas formas: sin un ojo nos perdemos parte del mundo. El mundo está compuesto por pares: pares de cosas, pares de órganos, derecha izquierda, arriba abajo, negro blanco, claro oscuro. Sin uno no existe el otro. Por lo que para mi es simple pensar que la simetría es la forma natural de la naturaleza, y que por lo tanto, la simetría que siempre nos urge a buscar un par complementario me hace pensar que es el estado natural del ser humano de andar en pareja. Por mas madres solteras que haya, por mas hombres viudos, por mas girl power que exista y que nos empuja a no depender de los hombres. No se trata de dependencia, se trata simple y llanamente de lógica natural.